viernes, 11 de octubre de 2013

Nometodología Payanesa: Notas de metodología indisciplinada de Alejandro Haber

  • Para la evaluación-
    Nometodología Payanesa: Notas de metodología indisciplinada
    Popayan No-Methodology: Notes on Undisciplined methodology
    Alejandro Haber
    Para mi amigo Cristóbal Gnecco Valencia
    y su ciudad de inquietante blancura

    “Lo mejor: no empezar, arrimarse por donde se pueda. Ninguna cronología, baraja tan mezclada que no vale la pena. Cuando haya fechas al pié, las pondré. O no. Lugares, nombres. O no. De todas maneras vos también decidirás lo que te dé la gana. La vida: hacer dedo, auto-stop, hitchhiking: se da o no se da, igual los libros que las carreteras. Ahí viene uno. ¿Nos lleva, nos deja plantados?”, Julio Cortázar, “Discurso del no método, método del no discurso, y así vamos”

    RESUMEN
    Si nos preguntásemos por la posibilidad de una investigación decolonial, habría que pensar en la aptitud de la metodología de investigación para tal propósito, y si en todo caso la razón decolonial no habría de ocuparse de decolonizar la metodología. En este trabajo me propongo aportar a la reflexión metodológica en clave decolonial, que encuentro seriamente vacante. Partiendo de la idea de la inmediatez vestigial perdida en la investigación moderna, y ligándola con la cisura y la ruptura operadas por la razón moderna colonial, propongo un marco nometodológico que desplaza la investigación desde la objetualización hacia la situacionalidad. La nometodología adopta la forma de una arqueología indisciplinada, una conversación ampliada en la inmediatez de espaciotiempos discontinuados en la colonialidad. Centrando la táctica en la conversación, la relaciono con la situación de investigación, la escritura, y la mudanza postoccidental de su domicilio hacia el país de los bárbaros.

    Palabras clave: Metodología, Indisciplina, Investigación, Decolonial.
     VESTIGIOS DE INVESTIGACIÓN
    El vocablo ‘investigación’ proviene de la voz latina investigatĭo, que se entiende como la acción y efecto de investigar. Dejándome más cerca de mi punto de partida de lo que hubiera imaginado, la etimología de esta palabra –in vestigium-  me lleva a un término que, como arqueólogo, me es caro. El sustantivo vestigium alude a la planta del pie. Pero, también, o como extensión de ello, significa la huella que esta deja. Así,  facere vestigium in loco es poner el pie en un lugar. Interesa que vestigium signifique al mismo tiempo la planta y la huella que esta deja. La causa y el efecto se funden en un mismo concepto, es decir, no es que la huella signifique la planta, sino que ambas son el mismo término. Como es de suponer, examinar el vestigium es tanto hacerlo con las huellas como con las pisadas que las dejaron. Per vestigia alicuius ire es, de allí, seguir las huellas de uno. Y seguir las huellas no me permite simplemente conocer las pisadas sino, principalmente, advertir la dirección de aquél que ha transitado por este lugar. Pero el seguir las huellas de uno es algo que sólo puedo hacerlo corporalmente, dejándome llevar por aquel que, no estando en el mismo espacio-tiempo, recorrió y dejó las huellas. No puedo anticipar mi recorrido, sólo puedo proponerme seguirlo. Es más, habré de seguirlo más ajustadamente cuanto menos me proponga caminar en una dirección fijada de antemano. No puedo siquiera anticipar que llegaré a algún destino en particular, sólo puedo saber que intentaré seguir las huellas, hacia donde me lleven, incluso si a ningún lado.
    No sorprende, en este sentido, que in vestigio signifique ‘en el mismo sitio’, y tampoco que la inmediatez se designe como e vestigio. Es, pues, ésta la nota del vestigio, condensa en el mismo sitio, inmediatamente, el signo y su significado. O, mejor, el vestigio dice que la planta del pié es una misma e indisoluble cosa con la huella que esta deja en el suelo; positivo y negativo son inmediatos; no hay vestigium planta sin vestigium huella y viceversa. La huella, el negativo de la planta, no la representa en un sentido lingüístico, sino que la planta, el pié, quien camina, acecha en la huella, así como las huellas acechan el caminar. Quien, caminando, deja huellas, nos guía cuando las seguimos, agenciándonos mediante su desdoblamiento en su negativo. Aún más relevante para la investigación, las huellas que aquí están y que voy siguiendo una tras otra, me colocan a mí mismo en la inmediatez con ellas y con su inmediato caminante, aquel en otro espacio-tiempo. La investigación clásica nos indica algo sorprendente: nos desplazamos –nos dejamos desplazar- por la inmediatez de lo que se nos presenta y lo que se niega.

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